sábado, 21 de noviembre de 2015

¡POR UN NUEVO FRENTE DE IZQUIERDA!

Jose Antonio Luna Neyra

Una vez más, la izquierda se encuentra entrampada entre las ilusiones electorales y su división. Su entrampamiento es producto de la estrategia de la derecha, pero también de la ambición sectaria y caudillista de sus dirigentes.

El 75% del pueblo quiere el cambio de autoridades y del país y desea una propuesta unitaria de los candidatos del cambio. Sin embargo, ante esta sentida ausencia, los electores son secuestrados por el mal menor y optan por el continuismo, y la derecha se fortalece y se da el lujo de tener más de 5 candidatos a la presidencia.

Se pierde de vista que la izquierda arrastra un viejo compromiso con el pueblo para solucionar sus problemas económicos, sociales y políticos. Que si bien en muchos casos sabe lo que tiene que hacer, no cuenta con el instrumento político-orgánico para llegar al gobierno y cumplir sus promesas,

En estas condiciones, el pueblo no tiene mucho que esperar de la izquierda en cuanto a curules o espacios electorales se refiere, menos a contar con un gobierno nacional de izquierda por primera vez, incluso si se presentara unida tras una sola candidatura. Sin embargo, tiene mucho que avanzar en el terreno de la unidad y la organización política como proyecto esperanzador del pueblo y del cambio histórico del país.

Las ricas experiencias de Izquierda Unida y el Frente Amplio, en ese sentido, son muy aleccionadoras. Nos enseñaron que no es tan fácil construir la unidad de izquierda ni el frente político que debe gobernar el país para transformarlo. Pero, es innegable que ahora, después de mucho tiempo, se han juntado en un solo escenario las condiciones favorables y la necesidad imperiosa para retomarlo.

No por casualidad se han vertebrado, en los últimos meses, importantes ejes y bloques de las fuerzas democráticas, progresistas y patrióticas con perspectivas socialistas que, con todas sus limitaciones y deficiencias, avanzan hacia su confluencia programática, política y electoral. Lo que necesitan ahora es superar sus dificultades y unirse para juntos desenmascarar y golpear a la derecha y construir con más fuerza la alternativa de gobierno y de poder al continuismo neoliberal, autoritario y corrupto que nos gobierna.

Debemos insistir en la unidad de todas las voces y fuerzas comprometidas con el cambio, persistir en la unidad de todos los que creen que son más fuertes las cosas que nos unen que las que nos separa, que la unidad política, programática y orgánica, no es un poema para las tribunas sino una consigna de acción, un mandato imperativo del pueblo, que encarna la ética de la política y la unidad de la teoría y la práctica, es un requisito esencial para el triunfo, porque solos, cada uno por su lado, estamos condenados a la derrota, a seguir siendo solo una propuesta, una promesa.

Necesitamos construir un gran frente político de izquierda con una amplia composición de fuerzas políticas y sociales, donde la democracia interna y el trabajo colectivo reluzcan con liderazgos colegiados y sin caudillos, y, con amplitud de miras y grandes perspectivas, nos conduzcamos a construir un frente unitario y democrático, en el que el protagonista principal del cambio del país sea el pueblo organizado y no solo sirva para elegir candidatos y autoridades, sino también y fundamentalmente para gobernar y lograr el cambio que el país reclama.

Queremos un frente político que nos ayude a renovar, unificar y dirigir el movimiento sindical y popular y a construir los frentes de defensa y desarrollo y los organismos de autodefensa y seguridad ciudadana.

Queremos un frente político para el corto, mediano y largo plazo y no solamente para las coyunturas electorales. Queremos un frente político como parte de los movimientos internacionales de América latina y el mundo que luchan por su liberación, por democracia y socialismo.